miércoles, 24 de febrero de 2016

Estaciones del año



























Otoño: el otoño es la época del año que llega al terminar el verano y antecede al invierno, en esta época empieza la cosecha de la mayoría de granos y cereales.Además se caracteriza mucho por la caída de las hojas de muchas especies de árboles y al cambio de color de verde, a color entre naranja y café.

Invierno: el invierno es la estación del año que esta posterior al otoño y anterior a la primavera, el invierno se caracteriza por ser la estación del año con más bajas temperaturas, acompañada de la caída de nieve.En algunas regiones y países se intensifica, entre más cerca de los polos se encuentren estas regiones. Además en el invierno hay menos horas de luz solar, que en las otras épocas del año.

Verano: el verano es la estación más calurosa del año, surge después de la primavera y antes del otoño.Llegada esta época las lluvias son prácticamente nulas, florecen algunas plantas como las llamadas veraneras (Santa ritas), a pesar de todo esto es una estación donde no se recomienda realizar siembras, por lo lejanas que están las lluvias.

Primavera: la primavera se caracteriza tener pocas lluvias y aumentar la temperatura, conforme transcurren los días. Esto se debe a que se está terminando la época del invierno y llega la época de verano. La vegetación se hace mucho más abundante y varios tipos de árboles y plantas empiezan a florecer desde esta estación.

Colores primarios y secundarios


Hola gente, aquí les dejo información sobre los colores. Espero que les guste! Saludos!

La importancia de lavarse bien los dientes.

Cancion del Jacarandá-María Elena Walsh

MANOS- Elsa Bornemann

Martina, Camila y Oriana eran amigas amiguísimas.
No sólo concurrían a la misma escuela sino que también se encontraban fuera de los horarios de las clases. Unas veces, para preparar tareas escolares y otras, simplemente para estar juntas.
De otoño a primavera, las tres solían pasar algunos fines de semana en la casa de campo que la familia de Martina tenía en las afueras de la ciudad.
¡Cómo se divertían entonces! Tantos juegos al aire libre, paseos en bicicleta, cabalgatas, fogones al anochecer...
Aquel sábado de pleno invierno lo habían disfrutado por completo, y la alegría de las tres nenas se prolongaba —aún— durante la cena en el comedor de la casa de campo porque la abuela Odila les reservaba una sorpresa: antes de ir a dormir les iba a enseñar unos pasos de zapateo americano, al compás de viejos discos que había traído especialmente para esa ocasión.
Adorable la abuela de Martina. No aparentaba la edad que tenía. Siempre dinámica, coqueta, de buen humor, conversadora. Había sido una excelente bailarina de "tap"1. Las chicas lo sabían y por eso le habían insistido para que bailara con ellas.
¿Por qué no lo dejan para mañana a la tardecita, ¿eh? Ya es hora de ir a descansar. Además, la abuela no paró un minuto en todo el día. Debe de estar agotada.
La mamá de Martina trató en vano de convencerlas para que se fueran a dormir a las cuatro y no sólo a las niñas, porque la abuela tampoco estaba dispuesta a concluir aquella jornada sin la anunciada sesión de baile. Así fue como al rato y mientras los padres, los perros y la gata se ubicaban en la sala de estar a manera de público la abuela y las tres nenas se preparaban para la función casera de zapateo americano.
Afuera, el viento parecía querer sumarse con su propia melodía: silbaba con intensidad entre los árboles.
Arriba bien arriba el cielo, con las estrellas escondidas tras espesos nubarrones.
La improvisada clase de baile se prolongó cerca de una hora. El tiempo suficiente como para que Martina, Camila y Oriana aprendieran entre risas algunos pasos de "tap" y la abuela se quedara exhausta y muy acalorada.
Pronto, todos se retiraron a sus cuartos.
Alrededor de la casa, la noche, tan negra como el sombrero de copa que habían usado para la función.
Las tres nenas ya se habían acostado. Ocupaban el cuarto de huéspedes, como en cada oportunidad que pasaban en esa casa.Resultado de imagen para manos de elsa del libro socorro
Era un dormitorio amplio, ubicado en el primer piso. Tenía ventanas que se abrían sobre el parque trasero del edificio y a través de las cuales solía filtrarse el resplandor de la luna (aunque no en noches como aquella, claro, en la que la oscuridad era un enorme poncho cubriéndolo todo).
En el cuarto había tres camas de una plaza, colocadas en forma paralela, en hilera y separadas por sólidas mesas de luz.
En la cama de la izquierda, Martina, porque prefería el lugar junto a la puerta. En la cama de la derecha, Camila, porque le gustaba el sitio al lado de la ventana
.
En la cama del medio, Oriana, porque era miedosa y decía que así se sentía protegida por sus amigas.
Las chicas acababan de dormirse cuando las despertó de repente la voz del padre. Terminaba de vestirse nuevamente y de prisa a la par que les decía:
La abuela se descompuso. Nada grave creemos, pero vamos a llevarla hasta el hospital del pueblo para que la revisen, así nos quedamos tranquilos. Enseguida volvemos. Ah, dice mamá que no vayan a levantarse, que traten de dormir hasta que regresemos. Hasta luego.
¿Dormir? ¿Quién podía dormir después de esa mala noticia? Las chicas no, al menos, preocupa¬das como se quedaban por la salud de la querida abuela. Y menos pudieron dormir minutos después de que oyeron el ruido del auto del padre, saliendo de la casa, ya que a la angustia de la espera se agregó el miedo por los tremendos ruidos de la tormenta que —finalmente— había decidido desmelenarse sobre la noche.
Truenos y rayos que conmovían el corazón.
Relámpagos, como gigantescas y electrizadas luciérnagas.
El viento, volcándose como pocas veces antes.
¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo! gritó Oriana, de repente.
Las otras dos también lo tenían pero permanecían calladas, tragándose la inquietud.
Martina trató de calmar a su amiguita (y de calmarse, por qué negarlo) encendiendo su velador. Camila hizo lo mismo.

La cama de Oriana fue entonces la más iluminada de las tres ya que al estar en el medio de las otras recibía la luz directa de dos veladores.
No pasa nada. La tormenta empeora la situación, eso es todo decía Martina, dándose ánimo ella también con sus propios argumentos.
Enseguida van a volver con la abuela. Seguro opinaba Camila.
Y así entre las lamentaciones de Oriana y las palabras de consuelo de las amigas más corajudas transcurrió alrededor de un cuarto de hora en todos los relojes.
Cuando el de la sala grande y de péndulo marcó las doce con sus ahuecados talanes, las jovencitas ya habían logrado tranquilizarse bastante, a pesar de que la tormenta amenazaba con tornarse inacabable.
Las luces se apagaron de golpe.
¡No me hagan bromas pesadas! chilló Oriana¡Enciendan los veladores otra vez, malditas! y asustada, ella misma tanteó sobre las mesitas para encontrar las perillas.
Sólo encontró las manos de sus amigas, haciendo lo propio.
¡Yo no apagué nada, boba! protestó Camila.Resultado de imagen para manos de elsa del libro socorro
¡Se habrá cortado la luz! supuso Martina.
Y así era nomás. Demasiada electricidad haciendo travesuras en el cielo y nada allí en la casa donde tanto se la necesitaba en esos momentos...
Oriana se echó a llorar, desconsolada.
¡Tengo miedo! ¡Hay que ir a buscar las velas a la cocina! ¡Hay que bajar a buscar fósforos y velas! ¡O una linterna!
—"¡Hay que!" "¡Hay que!" ¡Qué viva la señorita! ¿Y quién baja, ¿eh? ¿Quién?se enojó Camila. Yo, ¡ni loca!
¡Yo tampoco! agregó Martina. Esta Oriana se cree que soy la Superniña, pero no. Yo también tengo miedo, ¡qué tanto! Además, mi mamá nos recomendó que no nos levantáramos, ¿recuerdan?
Oriana lloraba con la cabeza oculta debajo de la almohada. 
Buaaaah... ¿Qué hacemos entonces? ¡Me muero de miedo! Por favor, bajen a buscar velas... Sean buenitas... Buaaah...
Martina sintió pena por su amiga. Si bien eran de la misma edad, Oriana parecía más chiquita y se comportaba como tal. Se compadeció y actuó entonces cual si fuera una heramana mayor.
Bueno, bueno; no llores más, Ori. Tranquila... Se me ocurrió una idea. Vamos a hacer una cosa para no tener más miedo, ¿sí?
¿Qué..? balbuceó Oriana.
¿Qué cosa? Camila también se mostró interesada, lógico (aunque seguía sin quejarse, el temor la hacía temblar). Martina continuó con su explicación:
Nos tapamos bien cada una en su cama y estiramos los brazos, bien estirados hacia afuera, hasta darnos las manos.
Enseguida, lo hicieron.
Obviamente, Oriana fue la que se sintió más amparada: al estar en el medio de sus dos amigas y abrir los brazos en cruz, pudo sentir un apretoncito en ambas manos.
¡Qué suertuda Ori!, ¿eh? bromeó Camila.
Desde tu cama se recibe compañía de los dos lados...
En cambio, nosotras... completó Martina sólo con una mano...
Y así de manos fuertemente entrelazadas las tres niñas lograron vencer buena parte de sus miedos.
Al rato, todas dormían.
Afuera, la tormenta empezaba a despedirse.
Gracias a Dios, la abuela ya se siente bien les contó la madre al amanecer del día siguiente, en cuanto retornaron a la casa con su marido y su suegra y dispararon al primer piso para ver cómo estaban las chicas. Fue sólo un susto. Como a su regreso las niñas dormían plácidamente, la abuela misma había sido la encargada de despertarlas para avisarles que todo estaba en orden. ¡Qué alegría!
Así me gusta. ¡Son muy valientes! Las felicito y la abuela las besó y les prometió servirles el desayuno en la cama, para mimarlas un poco, des¬pués de la noche de nervios que habían pasado.
No tan valientes, señora... Al menos, yo no... susurró Oriana, algo avergonzada por su comportamiento de la víspera. Fue su nieta la que consiguió que nos calmáramos...
Tras esta confesión de la nena, padres y abuela quisieron saber qué habían hecho para no asustarse demasiado
Entonces, las tres amiguitas les contaron:
—Nos tapamos bien, cada una en su cama como ahora...
—Estirarnos los brazos así, como ahora...
—Nos dimos las manos con fuerza, así, como ahora...
¡Qué impresión les causó lo que comprobaron en ese instante, María Santísima! Y de la misma no se libraron ni los padres ni la abuela.
Resulta que por más que se esforzaron estirado los brazos a más no poder sus manos infantiles no llegaban a rozarse siquiera.
¡Y había que correr las camas laterales unos diez centímetros hacia la del medio para que las chicas pudieran tocarse apenas las puntas de los dedos!
Sin embargo, las tres habían —realmente— sentido que sus manos les eran estrechadas por otras, no bien llevaron a la acción la propuesta de Martina.
—¿Las manos de quién??? —exclamaron entonces, mientras los adultos trataban de disimular sus propios sentimientos de horror.
—¿De quiénes??? —corrigió Oriana, con una mueca de espanto. ¡Ella había sido tomada de ambas manos!
Manos.
Cuatro manos más aparte de las seis de las niñas, moviéndose en la oscuridad de aquella noche al encuentro de otras, en busca de aferrarse entre sí.
Manos humanas.
Manos espectrales.
Resultado de imagen para manos de elsa del libro socorro
(Acaso ——a veces, de tanto en tanto— los fantasmas también tengan miedo... y nos necesiten...)

Cuento de Isol."El globo"

Contaminación ambiental

Ordenar, limpiar y organizar el lugar en el que vivimos.

El desorden y la falta de limpieza transforman el lugar de trabajo en un sitio peligroso y desagradable e influyen en forma negativa en el comportamiento de las personas que trabajan en dichos lugares. Es probable que a la hora de planificar cómo mejorar una organización, pensemos en soluciones complejas. Hablar de organizar, ordenar y limpiar puede ser considerado por muchos como algo demasiado simple. Son conceptos asociados al ámbito doméstico, no al empresarial. Sin embargo, estos tres conceptos son el primer paso que debe dar cualquier organización en su proceso de mejora, para aumentar la producción y obtener un entorno seguro y agradable. El mantenimiento del orden y limpieza sólo se puede sustentar en el compromiso de cada uno de los trabajadores. Si no hay una colaboración y atención permanente de todos los responsables de un área determinada es imposible lograr resultados positivos. la mejor manera de ordenar, limpiar y organizar es:
También es una manera de cuidar el medio ambiente y ayudar a reducir la contaminacion de él.

Clasificación de los animales vertebrados

Esqueleto humano.

Partes de una planta

Clasificación de los adjetivos

Clasificación de los sustantivos

Campo semantico

Un Campo Semántico es un grupo de palabras que pertenecen a una misma categoría gramatical (sustantivos, verbos, adjetivos,...) y comparten entre ellas alguno de sus significados (o semas). 
Para realizrlo recuerda que puedes utilizar esta pagina: www.bubbl.us.com.Ejemplo: 

Actividades educativas

Esta es otra pagina educativa para que jueguen aprendiendo: www.educaplay.com
Lo que debes hacer es elegir lo que mas te guste y seguir los pasos... SUERTE!!

Creatividad

Hola!! les presento una pagina para desarrollar tu creatividad.Yo ya la investigue y les dejo un ejemplo que utilice para llegar a un juego. Espero que les guste...
Primero escribe el nombre de la pagina en el buscador: www.neuronilla.com.
luego vas al sitio "desarrolla tu creatividad" y le das click a "juegos"












Segundo eligues el que mas te gusta. Yo elegi "retos creativos"












Tercer, debes clickear en el juego que mas quisieras hacer.














Cuarto paso, ya has elegido el juego y ahora debes dar click en "comenzar"